Estas palabras limpian la
conciencia de aquellos “buenos patrones” que despiden a sus trabajadores que
son más valiosos que ellos, todo está de acuerdo a la ley, dar las gracias y a
engordar estas listas de paro de seis millones de personas.
Ayer la crisis me ha golpeado con
dureza yo libré (no se por cuánto
tiempo) pero tres compañeros han caído otro éxito más del gobierno del Partido
Popular y de su reforma laboral si la indemnización hubiera sido de 45 días por
año trabajado estos trabajadores seguirían en su puesto de trabajo ayudando a
la viabilidad de la empresa con sus capacidades que la ineptitud de sus “buenos
patrones” no ha sabido fomentar, más preocupados por aparentar mayor inteligencia
que en aprovechar la preparación de sus trabajadores.
Estas palabras que ya sabía la
maldad que entrañaban y que me llevaron a secundar las últimas huelgas
generales han adquirido un dramático significado cuando representan a Ignacio
Díez, David Mayor y Jorge Artero, con sus proyectos, sus ilusiones, en general
su vida y la de sus parejas y familia.
En estos tiempos hay millares de
personas que se ven envueltos en situaciones familiares semejantes que como yo
cuando las conozco en la radio o en los periódicos me apenan como supongo que
al lector de estas líneas le apenan conocer la situación de las personas que he
nombrado, pero cuando llevas conviviendo con estas personas 8 horas al año
durante muchos años los sentimientos de tristeza, de rabia, de impotencia, de
culpa de porque a ellos sí y a ti no te ahogan todo tu ser impidiéndote mirar
al futuro y desesperándote.
Solo recuerdo un día en el que me
sintiera peor, fue el día que murió mi madre, yo tenía 19 años y un cáncer de
mama me arrebató su compañía, como ahora la estrechez de mira de mis “buenos patrones”
me ha arrebatado la compañía de mis compañeros de trabajo y a ellos les ha
arrebatado su futuro inmediato, sus proyectos y sus ilusiones, ¿Cuánta diferencia
hay con un asesinato? hoy no podría responder a esta pregunta porque hoy para mí
no hay diferencia, a lo mejor dentro de unos días veo la diferencia.
Un asesinato cuya única condena
son 20 días por año trabajado.
Un asesinato con la complicidad
de unos políticos perjuros que en el inicio de su cargo hacen juramento o
promesa de la Constitución (algunos varias veces a lo largo de su vida) en la
que figura el derecho al trabajo y que no añaden en la fórmula del juramento la
coletilla “solo cuando a mi me interese”, lo que describiría más fielmente lo
que es el desarrollo de su actividad en el cargo y una patronal, carroñera e incapaz
que exigen que el gobierno haga que sus empresas sean rentables a través de
leyes injustas, limitándose únicamente ellos a recoger pingues beneficios a
costa del esfuerzo de sus trabajadores para elaborar sus productos y servicios
y para adquirir dichos productos y servicios procurando con todas sus fuerzas
empobrecer a estos trabajadores.
Es en estos momentos de tristeza,
de duda cuando se echa de menos un dios, al que poder rogar y que te de
consuelo, pero ante la certeza de que no existe, son momentos en los que ves
con mayor claridad que solo la acción de cada uno de nosotros y nosotras puede
revertir esta situación.
Espero que estas líneas hagan
reflexionar a alguien sobre la actitud a tomar ante este tipo de situaciones y
que sirva de homenaje a estos tres compañeros y a todos los compañeros que
engrosan las colas del paro, sin merecerlo solo por el capricho de unos
magnates avariciosos y envidiosos que solo se contentan mínimamente con el
sufrimiento de los demás.
Salud compañeros
Obrero despedido patrón colgado y
que se ahorren los 20 días por año trabajado, que el despido sí que son causas
objetivas.