Domingo 19/09/10.- Por fin, a la tercera va la vencida, tras dos intentonas fallidas por la niebla en este mismo año, por fin, coronamos la cima de Peña Rueda.
Partimos de la aldea de Cortes (686 m.), famosa por ser el lugar de nacimiento de San Melchor, único santo de origen asturiano. Una pista que, en dirección a Lindes, parte a la derecha de la carretera, nos lleva, ya desde el principio en ascensión primero junto a la iglesia e internándonos en el pueblo, que está muy cuidado y con numerosas casas rurales para alojamiento. En el pueblo tras una primera parte en pendiente llegamos a una calle casi horizontal que hay que seguir hacia la izquierda, un pequeño tramo hasta que se bifurca en dos calles una que desciende a la izquierda y otra que sube a la derecha naturalmente cogemos esta segunda, más adelante, en la última casa del pueblo, hay una nueva bifurcación, a la izquierda, la carretera que continua hasta el cementerio y a la derecha, un sendero que asciende con fuerte pendiente, que naturalmente es el que cogemos. Al inicio del mismo tiene pavimento de hormigón que enseguida se transforma en lo que parece que fue un pavimento de piedra, pero que en la actualidad solo quedan los restos por que ahora se encuentra muy deteriorado, con grandes socavones que ha realizado el agua con lo que aumenta la dificultad. El sendero serpentea entre los árboles que le dan sombra y los cierres de piedra de las fincas colindantes, tras una fuerte pendiente a la derecha la entrada de una finca, nosotros continuamos por la izquierda teniendo un pequeño descanso en la pendiente, que dura poco, por que enseguida volvemos a tramos de fuerte pendiente, en algunos tramos el agua corre por encima del empedrado del camino, hay zonas con buen piso y otras en las que este ha desaparecido de la mayoría del mismo. A nuestra derecha, se encuentra el pico El Cangón (1.222 m.) y el camino lo va rodeando hasta las proximidades del Collau Fonderu (1.150 m.), en las que encontramos las primeras cabañas de La Mortera, un grupo de edificaciones abandonadas, sobre todo esta, a la que rodea el camino por un paso muy estrecho y lleno de maleza. Un poco más adelante, encontramos un manantial, en el que han hecho una especie de represa con troncos de madera, para que sirva de abrevadero para el ganado, a partir de este punto, el sendero es de tierra y en muchas zonas ha quedado la roca base al descubierto lavada por el agua y en las más bajas, han quedado los restos más pesados y una especie de garbancillo, que lo hace un poco resbaladizo en algunos tramos. De esta forma llegamos a las últimas cabañas de La Mortera situadas en un collado (1.252 m.) a partir de aquí el camino desciende un poco internandonos en un bosque de robles, avellanos, hayas, etc., en el que el sendero, es prácticamente de barro casi todo el año, una vez que volvemos a ascender el barro va un poco desapareciendo pero es una ardua tarea el pasar esta zona sobre todo si ha llovido recientemente, hay algunas zonas en las que hay en un lateral del camino una zona elevada por la que se puede pasar agarrándose a los arboles pero en otras zonas hay que buscar los puntos en los que te hundes menos en el barro. El siguiente hito en nuestro camino es el Collau Cimero (1.296 m.) que en el recorrido representa un punto de relax por excelencia, después del farragoso paso por el barro y las fuertes pendientes nos encontramos con esta cabaña precedida por un abrevadero y presidida por un haya centenario, a nuestra espalda El Picón (1.334 m.) y en frente de nosotros divisamos por primera vez el cuchillar de Peña Rueda que tenemos que rodear para afrontar la subida por la parte posterior. Tras el momento de relajamiento del Collau el camino es ahora mucho más descansado con un pequeño desnivel ascendente, caminamos con el arroyo Buseca a nuestra izquierda convergiendo hacia él en su nacimiento. El sendero discurre por la ladera del Monte de Carrizal es un sendero estrecho que en su inicio atraviesa alguna zona arbolada, y más adelante alguna zona se encuentra bastante cerrada por la maleza, pero en su mayoría discurre muy abierto con vistas a Peña Rueda y vamos viendo como nos acercamos a ella, así mismo observamos como el arroyo Buseca va alcanzando poco a poco nuestra cota. A nuestras espaldas tambien tenemos unas hermosas vistas del Cordal de Lena que se van incrementando a medida que vamos subiendo a través del valle que forma el arroyo entre los montes de Carrizal y el cuchillar de Peña Rueda. Unas escasas señales nos reafirman que vamos por buen camino hasta que llegamos a las proximidades del nacimiento del arroyo Buseca en este punto a nuestra derecha nos encontramos con un denso bosque de arbustos, escobas, acebos, etc., que nos cierran el paso, salvo por un estrecho paso que asciende por la máxima pendiente de la ladera del monte Los Tienzos para alcanzar la collada (1.571 m.) que separa este del Cueto la Siete, desde este punto divisamos por primera vez el macizo del Huerto del diablo en primer término, luego la sierra de la verde y los montes por los que discurre el Camin Real de la Mesa y a continuación, las vistas se abren a los montes de otros concejos del occidente de Asturias, hacia el norte se ve la sierra del Aramo. El siguiente paso, es subir a otra collada en la que se encuentra el Chaguete (1.667 m.) que es una pequeña laguna estacional, una vez que rebasamos esta empieza la parte más dura de la ascensión, en primer lugar se trata de una pradera de fuerte pendiente con los picos Huerto del diablo a nuestras espaldas, a medida que avanzamos, la pradera se ve salpicada de formaciones rocosas, que constituyen hitos, que nos ayudan a ver que avanzamos, mientras ascendemos, nos vamos dirigiendo a la parte posterior de la Peña, buscando también, rebajar la pendiente, poco a poco la hierba se va sustituyendo por la roca y las vistas se van ampliando hacia el sur, un poco más adelante, encontramos un sendero e hitos de montones de piedras que nos van indicando el mejor camino a la cumbre, cuando llegamos a las inmediaciones de lo que creíamos que era la cumbre, descubrimos, que no es así y que hay distintos picos que en principio no sabemos cuál es la cumbre, también vemos cierres de piedra en las zonas más elevadas que nos sorprende, ya que no entendemos por qué fueron construidos, nos dirigimos siguiendo el sendero al que parece más alto, pero al acercarnos vemos el punto geodésico, aunque se encuentra medio caído y por lo tanto, pasamos entre dos de estos picos y llegamos por fin a nuestro objetivo, que nos abre unas vistas impresionantes de la geografía asturiana, por el oeste, el huerto del diablo, el cordal de la Mesa y la sierra La Verde al norte la sierra del Aramo, llegando a ver hasta Gijón, al este se ve la autopista A-66 y la estación de esquí de Fuentes de invierno y más adelante los picos de Europa y al sur podemos ver las Ubiñas, la lástima, es que justo cuando estamos en el pico, las únicas nubes que se ven en el cielo, se situan de forma que nos impiden disfrutar del hermoso paisaje que se puede contemplar, desde este privilegiado palco. La bajada, la realizamos por el mismo camino hasta regresar al pueblo de Cortes.